Con la intención de renovar la energía de la casa de Luz de Pueblo, continuamos arreglando sus espacios. Ésta habitación que espera los muebles de una próxima mudanza ha quedado lista para ser habitada y disfrutada.
A medida que nos vamos quedando un poco más, que podemos dedicarnos a trabajar en ello, nos estamos dando el gusto de elegir unos lindos colores, de embellecer el entorno para conseguir unas sensaciones nuevas y el impulso del comienzo de este proyecto que cada vez va creciendo un poco más.
El trabajo y la satisfacción de hacerlo así, con nuestras manos, de a poco, con alegría, en calma, a nuestro ritmo, están generando en nosotros una sinergia de entusiasmo que continúa impulsándonos a seguir de la misma manera y con el mismo ánimo.
Cuando la habitación queda vacía y comenzamos a trabajar en las paredes y el techo, para reparar grietas, tapar agujeros o limpiar, aparecen unas vistas que luego, al momento de estar habitándola, cambiarán.
La perspectiva de observación, de esta habitación que da al frente de la casa y tiene la plaza del pueblo en frente, entrega ese plus, como si de un cuadro se tratara, ocupando gran parte de una de las paredes, el enorme ventanal que deja entrar la luz también permite la visión del verde de la plaza.
Seguimos disfrutando de compartir este proceso que será también testimonio de la dedicación y el amor que le estamos poniendo a esta casa para crear el mejor ambiente que esperamos sea disfrutado por muchos amigos, visitantes, buscadores de paz, de buen ambiente, de alegría compartida, cuando sea el tiempo de recibirlos, con los brazos abiertos.