viernes, 15 de enero de 2016

Cómo reducir y evitar calambres con magnesio

Los calambres son una dolencia que suele manifestarse con asiduidad en diferentes ocasiones, tanto al realizar alguna actividad física o movimiento concreto - cuando al movilizar el cuerpo muchas de las partes que permanecen normalmente inmóviles se activan- o cuando, por ejemplo, dormimos. 

La aparición de este síntoma se debe en parte a que la tensión que podemos tener habitualmente en la estructura muscular cambia o se relaja y “soltamos” la postura y la tensión en esos músculos que se contraen involuntariamente.

Una de las causas de esto es la pérdida por deshidratación de los llamados electrolitos o sales minerales presentes en el cuerpo que crea irritación en el tejido muscular volviéndolo más propenso al calambre. Otra causa típica es el estrés que altera el sistema nervioso creando focos de irritabilidad y exceso de tensión para sufrir la misma dolencia.

Falta de magnesio

Si de carencia de minerales en el cuerpo hablamos la pérdida o ausencia de magnesio es un factor recurrente en las condiciones necesarias para la aparición de calambres. Los síntomas se pueden percibir en todo el cuerpo y muy fuertemente en las piernas. Normalmente es difícil que los médicos puedan constatar la carencia de magnesio en un músculo u órgano determinado ya que aunque se de esta situación los índices de magnesio en sangre pueden aparecer como normales.

Son varias las causas que “barren” el magnesio del cuerpo. La falta de hidratación para incorporar sales al cuerpo, el estrés, una alimentación excesivamente acidificante por demasiado consumo de carnes, azúcares o harinas refinados, alcohol o tabaco y el escaso  consumo de verduras, semillas y alimentos frescos o la utilización constante de diuréticos y otros medicamentos.

Colágeno, magnesio y vitamina C

El magnesio y la vitamina C son fundamentales para la creación de colágeno. El colágeno es la proteína más abundante en el cuerpo humano  y es fundamental para el desarrollo de los cartílagos, tendones y la matriz orgánica del hueso. Esta proteína forma parte de la mayoría de los tejidos del cuerpo.

La ausencia de colágeno puede notarse, en un principio, por la rotura de vasos sanguíneos con síntomas como pequeños derrames o hematomas espontáneos y luego, la osteoporosis, la artrosis y otras dolencias articulares.

La falta de magnesio y su vehículo, la vitamina C, aceleran los procesos de pérdida de colágeno, creando desde los calambres hasta enfermedades articulares típicas como las mencionadas anteriormente.

Alimentos con magnesio y vitamina C para revertir el proceso de degradación

Si bien el consumo habitual de determinados productos nos va a aportar las sales y oligoelementos necesarios para la salud de nuestro organismo previniendo así, por ejemplo, los calambres, derrames y problemas articulares graves, es importante no acelerar su eliminación del cuerpo exponiéndolo a una tensión metabólica excesiva.

La alimentación que produce demasiados ácidos por una gran demanda del metabolismo para su procesamiento crea unas condiciones desfavorables en el ámbito de la conservación de sales esenciales y oligoelementos. La ingesta de productos de origen animal, el alcohol, las harinas refinadas, el azúcar refinado, por ejemplo, requiere del organismo la utilización de las reservas de minerales depositados en los huesos. La necesidad de utilización de estas sales por parte del organismo para normalizar el equilibrio ácido-alcalino crea la disminución de colágeno que, en última instancia, repercute en la salud de los músculos, vasos sanguíneos, órganos, huesos y articulaciones.

Cuidando ese aspecto podemos luego incorporar regularmente estas sales tan necesarias para el organismo a través de una alimentación saludable y equilibrada, con un alto contenido de verduras, frutas, frutos secos, legumbres y, en menor cantidad si es que lo creemos necesario, productos de origen animal (preferentemente pescado), etc.

Hay muchos alimentos, algunos muy específicos o especiales que no se consiguen fácilmente, pero si de incorporar a nuestra dieta alimentos ricos en magnesio se trata podremos conseguir con cierta facilidad los siguientes:

Cacao (puro, no chocolate), sésamo, semillas de girasol, almendras, quínoa, porotos (judías) blancos (y otros en menor medida, pero todos contienen magnesio), avena, avellanas, maíz, espinacas, perejil.

Como en el caso del magnesio la vitamina C está disponible en muchos alimentos, pero de manera accesible puede encontrarse naturalmente en los cítricos, especialmente en el limón, en el perejil, kiwi, arvejas (o guisantes), frutillas (fresas), moras, espinacas o lentejas.




La  vitamina C favorece la asimilación del magnesio y éste la creación del colágeno. La presencia de estos elementos de manera abundante en el cuerpo sumado a un estado de calma que impida el trauma por estrés más la disminución de alimentos acidificantes ayudará a crear un ámbito adecuado para la reducción de calambres y otros síntomas en el cuerpo.

Pablo Rego
Diplomado en Salud Ayurveda
Profesor de Yoga                  
Terapeuta-Masajista Integral