viernes, 22 de abril de 2016

Yoga en las escuelas de Iriarte.


Con motivo de la “Semana de la actividad física” fuimos invitados por la dirección de la Escuela primaria y el Jardín de infantes de nuestro pueblo, Iriarte (de la provincia de Buenos Aires), a compartir con los niños de ambos establecimientos una sesión de Yoga, para que, dentro del marco de la actividad física, los niños pudieran conocer y experimentar el Yoga como una actividad más, disponible en la sociedad actual.

Realizamos una sesión de unos cuarenta minutos, en algún aspecto experimental, pensando en que los niños pudieran probar un poco de todos los diferentes aspectos de una clase de hatha yoga (yoga del cuerpo).

Hicimos un pequeño ejercicio de toma de consciencia, una aproximación al pranayama (respiración consciente) varias asanas (posturas) relacionando al Yoga con la naturaleza, una relajación profunda y, para finalizar, la repetición del mantra “om”.


Los niños de la Escuela primaria, que suelen ser más revoltosos o inquietos, aceptaron de muy buen grado la propuesta. Fueron entrando en el clima de la sesión de apoco, se divirtieron con la propuesta de las posturas, al momento de relajar lo hicieron con mucho compromiso y disfrute y al llegar el momento de repetir todos juntos el mantra “om”, el respeto y la energía que se sintió fueron impactantes.

El encuentro en primaria fue por la mañana y por la tarde repetimos la propuesta en el Jardín de infantes al que asisten niños de tres a cinco años.


En el Jardín, aunque los niños tienen unas características diferentes por la edad, la predisposición fue la misma. Los niños participaron, quizá un poco más extrañados ya que necesitan algo más de tiempo para entrar en confianza (sobre todo los más pequeños), pero de apoco se fueron activando y terminamos compartiendo las posturas, la relajación profunda y la repetición de los “om” con una actitud muy participativa.

Puede parecer sorprendente, pero los niños, los más y los menos inquietos, tienen una receptividad natural al Yoga que resulta muy interesante de experimentar. La idea de acercar el Yoga a los niños y los niños al Yoga, en el ámbito de la Escuela resulta de gran importancia, sobre todo por los resultados obtenidos el mismo día de la práctica y después.


Vivir en un pueblo brinda la oportunidad de ver a los niños por la calle durante todos los días del  año y la manifestación de cariño por parte de ellos es la muestra fiel de que la experiencia de el Yoga en las escuelas fue muy positiva.

Esperamos seguir creciendo con propuestas en las escuelas ya que en el entorno social actual una actividad como Yoga, sus formas de afrontar el ejercicio físico y sus valores, puede aportar elementos muy positivos para la formación integral de los niños, sobre todo en el ámbito humano, fundamental para la aceptación y aplicación del conocimiento adquirido en las materias curriculares.





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