jueves, 9 de julio de 2015

Nuestros budines ¿Qué hay detrás de su elaboración?

La idea que nos llevó a comenzar con la producción de nuestros budines caseros fue la de crear un producto rico, a la vez que saludable.

Partiendo de la base de que el consumo sostenido de  azúcares y harinas refinados, lácteos y grasas animales producen, en la mayoría de los casos, efectos negativos para la salud y que, desde una idea culturalmente arraigada “rico y sano” no pueden ir de la mano, comenzamos a desarrollar y experimentar fórmulas que nos permitieran conseguir un producto apetecible creado con ingredientes (por separado y también en su conjunto) que permitieran disfrutar de algo diferente, rico y al mismo tiempo saludable.

Nuestro propósito lleva implícito, además, elevar el valor de los productos caseros. La energía puesta en elaborar un producto artesanal y casero forma parte del resultado final de los budines y por el tipo de elementos que utilizamos para su producción es muy importante saber manejar dichos productos ya que  muchos de ellos requiere de técnicas particulares para poder ser utilizados en repostería.

Hemos apostado a la utilización productos orgánicos. Tanto las harinas integrales -que aportan un mayor nivel proteico e hidratos de calidad dándole al organismo lentas dosis de la energía que el cuerpo necesita evitando así picos de glucemia-, como el contenido de azúcar de caña integral -que usamos en pequeñas dosis para darle un matiz dulce a la masa base-, el extracto de vainilla, etc. son de origen orgánico y/o natural pensando en que el producto final sea bueno para el organismo.


Al mismo tiempo, evitamos el uso de productos lácteos, en especial de la manteca que contiene grasas saturadas y dificultan el equilibrio de la salud, conduciéndonos con el tiempo al alto nivel de colesterol. En cambio utilizamos aceites vegetales, de primera prensada en frío, para conseguir una textura que se perciba como agradable al paladar.

El consumir este tipo de producto genera mayor saciedad, por lo que al comer un par de porciones, tendremos la sensación de estar satisfechos; por lo tanto consumiendo menor cantidad obtendremos alimento y energía suficiente, a través de los hidratos de calidad, evitando el consumo excesivo y la ingesta de hidratos pobres como los que nos aportan las harinas y los azúcares industriales y altamente refinados.

Por otra parte, el contenido de fibras de las harinas integrales y de los productos como frutas pasas o cocidas ayudan a mejorar el tránsito intestinal por lo que incorporar estos productos en lugar de los usados en la pastelería tradicional, nos ayuda a liberar ciertos conflictos orgánicos que suelen ser normales en gran parte de la población, como el estreñimiento.

La utilización de frutas nos permite variar en el sabor de los budines, utilizando la fructosa como endulzante natural. Elegimos frutas que aporten frescura a la textura del producto y buscamos dentro de lo posible, que el contenido de sus componentes aporten oligoelementos saludables como por ejemplo: el potasio y magnesio de la banana, el magnesio del cacao, la vitamina c de la naranja, el ácido málico de la manzana, el ácido cítrico del limón, etc.   


En lugar de usar chocolate como elemento base de algunos budines utilizamos el cacao puro o la harina de algarroba que dan una sensación similar al la del chocolate al comerlos, pero sin efectos nocivos sobre el organismo.

Además de la harina de trigo integral, que aporta proteínas e hidratos de carbono de calidad, el uso de la harina de algarroba nos permite dar a los budines azúcares naturales, minerales, proteínas, vitaminas y fibra.

En algunos casos recurrimos al uso de harina de centeno recomendada para los diabéticos por la baja producción de azúcar en sangre que se consigue al ingerirla. Muchas veces presente en panes, tomamos la experiencia de esta interesante harina para utilizarla también en los budines.  

Así, luego de experimentar y buscar texturas, de probar sabores, de concentrar una buena cantidad de información para crear un proceso de sustitución de productos clásicos e industriales por otros alternativos, integrales, agroecológicos  y orgánicos, llegamos a un piso de calidad que nos permite producir nuestros budines artesanales, ricos y saludables que con mucha y buena energía hacemos y compartimos desde Luz de Pueblo. 

jueves, 18 de junio de 2015

"Todos podemos meditar": actividad gratuita abierta a la comunidad

Iriarte, Buenos Aires, Argentina - El pasado sábado 13 de junio, abrimos las puertas de nuestra casa para guiar y compartir una meditación grupal en el marco de un programa que denominamos “Todos podemos meditar” que apunta a difundir la meditación y su práctica como herramienta de autoconocimiento y superación personal.


Fue nuestro primer intento, desde que estamos en Iriarte, de crear una reunión de gente interesada, curiosa y abierta para que la actividad comience a conectar desde el plano más sutil.

Estas actividades van creando oportunidades de cambio, consciencia individual y colectiva y un vórtice de energía creativa que atrae de manera intuitiva a los seres que sienten afinidad con el reto de mejorar-se cosa que, por otro lado, es lo más natural.


Disfrutamos de la compañía y el apoyo (que valoramos absolutamente) de alumn@s habituales de yoga y de la visita de nuev@s amig@s, vecin@s de Iriarte y de otras localidades de la zona que se acercaron a compartir con una linda energía que aportó una dimensión de riqueza a nuestro encuentro.


Desde Yoga sin Fronteras y Luz de Pueblo seguiremos organizando eventos de este tipo para que tod@s aquell@s interesad@s en aprender y crecer en el arte del autoconocimiento tengan su espacio en nuestra casa y puedan experimentar y compartir su camino con seres afines, en un marco de cordialidad y calma.

viernes, 12 de junio de 2015

Participamos en la feria de ciencias de Iriarte con el proyecto "La Huerta en el aula"

Pablo en el aula con los alumnos de 3º grado
Iriarte, Buenos Aires, Argentina – El 11 de Junio de 2015 se celebró, en la Escuela Primaria de nuestro pueblo, la “Feria de Ciencias” y hemos participado de ellas asesorando y ayudando a los chicos y la docente de 3º grado a crear su proyecto “La huerta en el aula”









Seguimos disfrutando mucho de interactuar con nuestra comunidad y mucho más de hacerlo junto a los alumnos y docentes de las escuelas.

Pablo junto a docentes de la Escuela Primaria de Iriarte


En el caso de “La huerta en el aula” tuvimos el placer de trabajar junto a los chicos en todo el desarrollo de la siembra de semillas de diferentes hortalizas en recipientes que pudieran ser cuidados y contenidos dentro de un ambiente cerrado, como lo es el salón de clases.


Trabajando con los niños en el parque de la escuela.




Junto con las docentes fuimos guiando a los alumnos en la selección de la tierra, la elección del formato de los contenedores, las semillas a sembrar, la ubicación en el aula para que pudieran acercarse a la luz, el riego, etc. 

Los alumnos sembrando en un maple de huevo

Los alumnos aportaron materiales como envases plásticos, cajones, maples de huevos y hasta ladrillos (uno de ellos con un hueco en el centro en el que sembramos unas arvejas (guisantes) y que resultó ser la mascota del stand de la feria)


Las arvejas brotando en el ladrillo

En algo más de un mes de trabajo la experiencia fue bastante amplia, ya que, los alumnos pudieron apreciar el nacimiento de cientos de semillas de diferentes tipos brotando en diferentes contenedores. 

Brotes de maíz
Brotes de rúcula y rabanitos

El entusiasmo demostrado por los niños ha sido grandioso y motiva a seguir alimentando sus inquietudes y ayudándolos a experimentar más en estos temas.


Un alumno armando "nendo dango" o bolas de barro y semillas


Como destino final, el día 11 de junio tercer grado presentó su stand documentando el trabajo realizado y concluyendo en lo importante de conocer el camino para producir los propios alimentos utilizando los recursos de una huerta orgánica.

Nendo dango brotando
Brotes en las bolas de barro y semillas

De eso, de la huerta orgánica y sus conceptos y alternativas fue de lo que hablamos, el tema que nosotros venimos experimentando y desarrollando en Luz de Pueblo y que gracias a lo apasionante de su práctica y la riqueza de su experimentación, transmitir el conocimiento, ayudar y apoyar esta experiencia fue algo totalmente disfrutable y enriquecedor, algo que esperamos continuar haciendo siempre que haya oportunidad..

Pablo con los alumnos de 3º grado de la Escuela Primaria

martes, 26 de mayo de 2015

Charla sobre Alimentación y Salud en la Escuela secundaria de Iriarte

Iriarte, Buenos Aires, Argentina - El pasado 8 de Mayo, en las instalaciones de la Escuela Nº 3 René Favaloro, tuvo lugar una charla abierta a la comunidad denominada "A comer también se aprende", de la que estuvimos encargados de su contenido, invitados por eCentro de estudiantes y alumnos de sexto año de dicha escuela, como parte del Proyecto "Kiosco Saludable" a través del cual los alumnos buscan crear alternativas saludables al formato socialmente aceptado de kiosko de venta de golosinas y productos envasados e industrializados.

A la charla asistieron los alumnos presentes de todos los cursos, profesores, y público en general. La temática expuesta abarcó temas como las consecuencias del consumo de comida industrial y sus perjuicios para la salud, cómo organizar una dieta sana y balanceada, temas relacionados con la agricultura y el mal uso y abuso de agroquímicos por parte de los productores, etc.

En la ronda de preguntas el público se mostró interesado por temas particulares en referencia a productos concretos, a los aspectos a tener en cuenta para conseguir alimentos sanos y producidos de manera natural, a las consecuencias del consumo de productos masivos y comunes, demostrando un verdadero interés y una preocupación por la forma en la que se tratan los alimentos en la actualidad, lo alejados que estamos de una alimentación sana y natural y las dificultades a las que se enfrenta la comunidad para poder alimentarse y nutrirse sin sufrir consecuencias negativas para la salud.

Cabe destacar el interés de todos los alumnos, de entre doce y diecisiete años, que permanecieron atentos a la charla durante la casi hora y media de extensión, atendiendo, realizando aportes constructivos y preguntando con la evidente intensión de aprender y mejorar su calidad de vida.


De esta manera Luz de Pueblo hace un aporte concreto a la comunidad, cumpliendo con un objetivo importante para nosotros que es la de ayudar a las personas a mejorar su calidad de vida, compartiendo y difundiendo la información que fundamenta nuestra filosofía.

viernes, 15 de mayo de 2015

Pan de harinas integrales y semillas, cocido a las brasas.

Utilizando un técnica que suele usarse en el campo, por lo menos así lo hacen los paisanos de las sierras de Córdoba, aprovechamos el fuego de la parrilla, (puede hacerse en el hogar o haciendo fuego en el suelo), cocinamos un pan integral haciendo un "hornito" con una asadera en la base y recipiente como tapa.

El bollo del pan lo hicimos con harina integral de trigo, harina de integral de centeno, salvado de trigo, germen de trigo, levadura, sal rosa del Himalaya, un poco de aceite de girasol, semillas de lino, chía, sésamo, girasol y avena.

Mezclamos los ingredientes en seco y luego agregamos la levadura disuelta en agua y el aceite y amasamos. Dejamos reposar para el primer leudado. Luego del primer leudado volvemos a amasar para sacar los gases y dejamos reposar otra vez para el segundo leudado.

Cuando el bollo está listo pasamos a la cocción que haremos sobre el piso precalentado con el fuego y utilizaremos las brasas para cubrir el "hornito"

Como el calor va a disminuir conforme pase el tiempo dejaremos que se vaya enfriando y cuando todo esté frío o a muy baja temperatura (de hora y media a toda una tarde o noche) tendremos el pan listo.

CÓMO LO HACEMOS (PASO A PASO)

El proceso del pan es el de cualquier pan, un amasado con levadura que se deja reposar y luego un segundo amasado. Al finalizar el segundo amasado enharinamos una asadera, chapa o fuente que nos permita armar un "hornito" con una tapa encima.


Ponemos el bollo para que leude sobre una asadera enharinada, que luego irá sobre el suelo de la parrilla, o sobre el piso.



Utilizamos algún recipiente metálico para tapar el bollo dejándolo leudar dentro. Éste recipiente recibirá las brasas para que el calor cocine el pan por la parte superior y por los lados. Puede ser una olla o una lata que nos de el diámetro tipo de dulce de membrillo.


De esta forma queda armado el "hornito" con el bollo dentro.



Una vez que las brasas están disponibles (por ejemplo, al finalizar el asado) o listas si las hicimos especialmente procederemos a separarlas para poner sobre el suelo caliente la asadera.

Abrimos el espacio moviendo las brasas hacia los lados dejando la superficie del piso libre. 


Ésta superficie tiene una muy alta temperatura, tanto si la parrilla como si es sobre el piso.


Depositamos el "hornito" con el pan leudado dentro.


Ponemos brasas arriba y alrededor.




Cubrimos el "hornito" con las brasas bien encendidas para que el calor le llegue al pan por todos los lados. Por debajo recibirá el del suelo muy caliente y por los lados y en la parte superior el de las brasas.



Cuando el calor haya disminuido casi por completo (puede ser luego de un par de horas o lo podemos dejar de la noche para el otro día) sacamos las brasas.


Destapamos el hornito y el pan está bien cocido, crocante.


Pan integral a las brasas recién sacado del horno.




viernes, 6 de marzo de 2015

Ya está funcionando la sala de Yoga en Luz de Pueblo

Sala habilitada para la práctica de Yoga y Terapias
Cuando llegamos a la casa donde estamos creando Luz de Pueblo evaluamos varias situaciones con el fin de conseguir habilitar todos los recursos posibles para nuestro proyecto. Una de las áreas que queríamos dinamizar es  la de ofrecer a nuestro entorno y a las personas que nos visiten y se alojen en nuestra casa es la de Yoga, masajes y asesoramiento en Salud Ayurveda.






La sala tal como la encontramos
La casa nos ofrecía un espacio que en sus orígenes había sido garaje y luego, durante años, una tienda que atendía “Pola”, la abuela de Rocío. Ese lugar fue reconocido durante mucho tiempo por su actividad y luego, durante años, quedó cerrado, con la consiguiente consecuencia de su deterioro edilicio.





Con todo ello, pesamos que sería importante incorporar a nuestro trabajo de reciclado de la casa ese espacio y que era el indicado para montar la sala de Yoga; Lo que más nos motivó a reciclar esta zona de la casa y a comenzar con las clases fue el entusiasmo que nos transmitieron  l@s vecin@s de Iriarte con respecto a la necesidad y deseo de aprender y practicar Yoga y aunque nos inquietaba bastante conseguir comenzar en tiempo y forma con las clases, nos propusimos comenzar en Marzo y cumplimos con  nuestro objetivo.

Trabajamos duro para transformar el aspecto y la sensación de estar en esa sala. Todo ese “trabajo” es energía y la energía puesta en ello cada día durante varias semanas fue quedándose en el ambiente y creando una nueva sensación.

Antes
Después











Finalmente, a comienzos de Marzo de 2015 dimos por inaugurada la sala para la práctica de Yoga, Masajes y Salud Ayurveda  con el apoyo y entusiasmo de un grupo de gente positiva y entusiasta que ha comenzado a venir a las clases, a compartir la práctica y a reforzar la energía del Yoga en la casa.


Colocando el suelo de goma 

La vida de este espacio, como una semilla, está creciendo y esperamos que se expanda para que todo aquel que quiera pasar por Luz de Pueblo pueda tener su momento de conexión con el mundo interior en este ambiente tan tranquilo y agradable.


Compartimos en este post la alegría de estar practicando Yoga y de vivir, desde esta sensación única, el resto del proyecto de nuestra casa de bienestar.


Probando el suelo de la sala

miércoles, 21 de enero de 2015

La huerta: Una experiencia de la tercera dimensión.

Experimentar la tercera dimensión es, lo hayamos pensado o no, nuestra realidad material. Toda experiencia que ocurre en este plano nos incluye, nos afecta, nos influye y modifica, modificándose también nuestro entorno, así permanentemente.

Incluso tomando en cuenta las diferentes teorías de la existencia, las diferentes posibles dimensiones en las que la organización de la luz y el tiempo pueden cambiar, la vida en la tierra, en esta dimensión en la que los sentidos y un cuerpo físico son el nexo con el mundo físico y material, está definida principalmente por la tercera dimensión.

Cuando se piensa una huerta, o un jardín de temporada, se planifica en dos dimensiones, tengamos un amplio espacio, un balcón o una terraza.

 Ancho x largo.


Se dibujan los canteros, tablones, maceteros o bancales, se pueden dejar pasillos o no, se cuentan los metros o centímetros para sembrar una u otra especie de verdura, planta u hortaliza, se asocia o no, se ordena escrupulosamente o no, pero siempre es esas dos dimensiones, ya que la tercera, la de la altura, es algo que depende un poco menos de nosotros ó que permite la intervención necesaria del tiempo y la naturaleza.


Entonces, cuando va pasando el tiempo y la huerta comienza a desarrollarse, cada especie a su manera, comienza a elevar su altura con la que uno puede notar su presencia. De apoco, la huerta comienza a ocupar un lugar en la tercera dimensión y podría considerarse un volumen donde antes había una superficie.



Cada día las plantas crecen, un poco más o menos, dependiendo del riego, de la lluvia, del abono, de nuestra mirara y cuidados; pero, en gran medida, el éxito de una buena temporada y de una buena cosecha están ligados al crecimiento hacia arriba de los vegetales, al respeto por la necesidad imperiosa de luz que éstas especies tienen, a acompañarlas, permitiéndoles e incentivándoles ese crecimiento.


Así, conforme va pasando el tiempo, tenemos el crecimiento hacia arriba, las tres dimensiones y el aprendizaje que el cuidado de la huerta, la paciencia, la contemplación y el trabajo cotidiano nos regalan mientras disfrutamos cada día de cada planta nueva, del crecimiento de cada vegetal precioso, de la aparición de cada flor, de cada fruto tomando consciencia de nuestro juego en este plano dinámico en el que nos desarrollamos como seres.